Choque de culturas

Hace ya algunos días que pensé en crear este nuevo blog. Un blog sobre fútbol, un blog sobre el Fútbol Club Barcelona. En realidad, el día de su nacimiento debió de haber sido el 5 de diciembre, justo después de que el Barça se clasificara para la siguiente ronda de la Liga de Campeones. Por cuestiones de salud no pudo ser, así que decidí esperar a hoy, al día que pasaríamos sobre el América. Así que hablaré del partido de esta madrugada.

Como ahora estoy en el DF, para poder ver el partido en vivo tenía que mantenerme despierto hasta las 4 de la madrugada. Para lograrlo me puse a ver unos cuantos capítulos de Lost, por cierto, ya tengo unas cuantas teorías muy interesantes. Pero volviendo al tema, justo cuando comenzó la transmisión del partido, o sea, cuando dan las alineaciones y los comentaristas analizan a los dos equipos, me entró sueño. De hecho, dudé que aguantara todo el partido despierto, pero ahí estaban Deco, Iniesta y el 10 para despertarme.

En algunos de los programas de radio que hoy escuchaba mamá, unos patanes achacaban la aplastante derrota de las águilas a que estos no le echaban ganas, hasta un atolondrado se atrevió a decir que el América del ochenta y tantos habría ganado el partido. Pero, como ustedes saben, eso no es cierto. Cuando un equipo juega a uno o dos toques, está ordenado y tiene a tres gigantes inspirados como Don Andrés, Deco y sobre todo al "Gaucho", es casi imposible hacer algo para que no te pasen encima.

La diferencia entre un equipo y otro fue abismal, jugaban a otra velocidad y las águilas, en lugar de coser a patadas a los cracks blaugranas, les daban espacio para jugar y el Barça, equipo cruel con el contrario donde los haya, finiquitó el partido en 11 minutos con el gol de "Guddy". El América se encomnedó a un viejo fantasma del barcelonismo, al Piojo López, ese veloz jugador que en su etapa como valencianista nos hizo sufrir tanto. Pero ni este Barça es el de Van Gaal, ni el Piojo es el del Valencia. Y mientras las águilas aún se sacudian después del primer gol recibido, Deco sacó un corner y colocó la pelota en la cabeza del "Kaiser", segundo y a descansar.

El segundo tiempo era ya un puro trámite, pero aun así los azulgrana seguían jugando a tres velocidades más que los mexicanos. Llegó el gol de Ronaldinho y después el magnífico zapatazo de Deco que cerró la goleada.

Cuando el Barça encuentra su fútbol es imparable. Esta madrugada lo encontró y a las águilas desplumadas dejó. El domingo esperan los brasileños y nuestra primera copa del mundo. Los de Rijkaard la quieren, así que Puyol la levantará seguro.