Así sí

El Barça que recibió a los leones se pareció a si mismo, ya era hora. El espectáculo visto en el Camp Nou dotará de confianza al grupo, primero para cerrar la herida causada por el "caso Eto'o" y después para afrontar con otra cara las elimitarorias de Copa y Champions, así como los decisivos encuentros contra el Sevilla y el Madrid.

Ahora sí que se puede decir que volvió Eto'o, el camerunés demostró ayer lo indispensable que es para el juego del equipo, corrió, presionó, desquició a los defensas bilbaínos, goleó y participó en los otros goles. Aún no esta al cien por cien, pero Samu al setenta por ciento es mejor que Saviola y Guddy juntos, no solo por su aportación goleadora. La movilidad del león abre espacios, su sola precencia libera a Ronaldinho. Con el camerunés en el campo se puede disfrutar más del brasileño, así como de Xavi e Iniesta.

El Athletic poco pudo hacer, se plantó valiente frente al Barça, pero pronto se encontró por debajo en el marcador, tal vez no merecidamente, pero ahí se acabaron todas sus posibilidades. Los azulgrana comenzaron a darle velocidad al balón, jugando a un toque y buscando, pero sobre todo encontrando, a Ronnie, Giuly y Eto'o. Xavi le dio criterio al juego y hasta marcó. Al poco tiempo del gol del catalán llegó por fin el reencuentro con el gol de Samu. Un pase fantástico del Gaucho y un mano a mano que Eto'o resolvió como nos tenía acostumbrados. Volvía el Barça de las sonrisas, el Barça que tenía al fútbol arte como bandera. Todo esto solo en la primera mitad.

Al volver del descanso el Barça se dedicó a bailar, los jugadores se gustaban y se divertían y Ronnie se dio un festín. Solo le falto el gol, pero con esta actuación hace que varios deseen tener "gordos" en su equipo. Llamarle gordo a semejante crack es una falta de respeto y de memoria. El diario que "acuso" al gaucho de estar fuera de forma es el mismo que hace una temporada le dedicaba una portada llamándole "ser superior". Cierto es que Ronaldinho esta por debajo de sus posibilidades físicas, pero de ahí a llamarle gordo.

Ronnie estaba picado, y el sabe que la mejor respuesta es dar un recital, y lo dio. Y para quien dude de él, ahí está esa jugada fantástica en la que arrancando desde la banda izquierda, se zafó de dos rompiendoles la cadera y se plantó frente al portero que pudo tocar la pelota lo suficiente para que esta se estrellara en la madera. Qué jugada, qué crack, de haber entrado ese gol se cae el estadio y hasta la torre Agbar. Al finalizar el partido se despojó de la camiseta, se bajó un poco sus calzoncillos y dedicó una sonrisa irónica a esos que le criticaron los últimos días.

Han vuelto, están casi a punto y lo mejor es que el juego de ayer hace que se afronten los próximos y vitales encuentros con otra cara. Que no se le olvide a nadie quien es el campeón.