Pájaras mortales

Al cuarto de hora todo parecía controlado, el Barça marcó temprano y los diez minutos posteriores al gol gozó de frescura, movilidad y oportunidades. Eso sí, tanto Motta y Belletti andaban a lo suyo. Pero los de Benítez no desesperaron, seguían con su partido, el uno cero no era un mal resultado cuando de pronto volvieron las pájaras. Dos errores garrafales propiciaron el empate, perimero Belletti que perdió la marca y permitió rematar solo a Bellamy, y después Valdés que tropezó y se metió al arco con todo y balón, todo justo cuando agonizaba la primera mitad.

Pero este año el Barça perdió la paciencia, esa paciencia que tanto caracterizaba al juego del equipo y a su entrenador. Ya en Londres dio muestras de ello, como lo fue también el golpe de Rijkaard al banquillo de Montjuic. Los azulgrana salieron a la desesperada en el segundo tiempo y Frank prescindió del pivote defensivo (Motta) para dar entrada a Iniesta. Pero el manchego jugó más retrasado de lo que le conviene a su fútbol y no le dio frescura a la circulación de la pelota. Xavi no aparecía al igual que Ronaldinho y Messi, los dos bien vigilados por los ingleses.

Pasaba el tiempo y crecía el nerviosismo del equipo. Valdés se volvió a complicar la vida cogiendo el balón tras un pase-despeje de Giuly, lo que ocasionó un penalty con barrera como se suele decir. A la saga blaugrana le temblaban las piernas y en una jugada absurda llegó el segundo gol del Liverpool. Márquez, que en vez de mandar el esférico a corner, lo regaló y la eliminatoria se complicó más de lo que ya estaba.

Esto parece imposible. El mítico estadio de Anfield se presenta inexpugnable desde la lejanía de los días. Se necesitará de un milagro, una hazaña solo realizable por súper cracks, pero ¿acaso Ronaldinho, Messi, Eto'o y Deco no lo son? La cosa tiene muy mala pinta, pero como dice el viejo refrán, esto no se acaba hasta que se acaba. Me niego a pensar que este equipo joven y con una enorme calidad no puede vencer al equipo de Rafa Benítez. Hay que jugar con lo que tenemos y, lo que tenemos debería bastar. Hoy como siempre y más que nunca, Força Barça.